sábado, 14 de julio de 2007

Comentario adicional a la sesión 8

Ante este notable giro que en los últimos años personas, organizaciones civiles e instituciones gubernamentales y comerciales han dado hacia el reconocimiento de la importancia y auge de los productos orgánicos, ha surgido también la otra cara de la moneda: la del problema de salud pública que puede representar la obsesión por la comida sana. Aunque la noticia se ha esparcido de manera amarillista, tal vez si observamos con calma tenga su lado de sobriedad.
Se trata de una nueva enfermedad asociada al grupo de la bulimia y la anorexia. Su nombre es Ortorexia, palabra que proviene del griego Ortos (justo, recto) y exia (apetencia). Este nuevo desorden alimenticio se vuelve una obsesión patológica por la comida biológicamente pura. Una preocupación excesiva por lo saludable que puede perjudicar al organismo, pues las personas experimentan una pérdida de sociabilidad, padecimientos como osteoporosis, hipervitaminosis, intolerancia a algunos alimentos, falta de hierro y proteínas. A diferencia de otros desórdenes alimenticios, la Ortorexia tiene que ver con la calidad y no con la cantidad de los alimentos. Se presenta generalmente en personas de nivel socioeconómico elevado y en España se está convirtiendo en un problema de salud pública.

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